Luis Gomez Montes

Y ALLI QUEDÃ’

En aquellos años enganché mi vida a un ostracismo deliberado

Y entre juegos vanos, entremezclé mi alma con témpanos de hielo

Y caminaba garboso por aquel viejo jardín perfumado

Muy distante del mundo y de mis propios anhelos

 

Y advertí una rosa espinada en medio del rosal…

 

Tenía una mezcla absurda entre cactus y azucenas

De margaritas, de lilas de bonches o de rosas

Vegetaba entre formas radiantes y difusas

Cubriendo su cuerpo con penumbras que se me hacían inciertas

 

Y mi andar se convirtió en hospicio…

 

En aquel retozo irracional puse mi pie en su tallo, en sus pétalos y sus hojas

Y empecé a amarla cada trazo

Sintiéndome su dueño en cada beso, en cada abrazo

Por que arrancaba de mí, las congojas

 

Quise llevarla conmigo como quien guarda un secreto

Con un sigilo imperturbable y muy mía

Pero la sentía ahora libre de  esperanza y miedo

Llena de ayeres de sueños sórdidos y mucha lejanía

 

En aquellos días expuse mi vida a un ostracismo deliberado

Y entre juegos vanos, entremezclé mi alma con témpanos de hielo

Y camine garboso por aquel viejo jardín perfumado

Muy distante del mundo y de mis propios anhelos

 

Y advertí una flor espinada en medio del rosal…

 

Emanando un fuerte aroma de rosas rojas

No supe que era, pues estaba cubierta de espejos

Pero alejo de mis las congojas

Permitiéndome ver mi reflejo

 

Y allí quedó…