En la comisura de tus labios un deseo
que bajo este cuerpo aletean mariposas
llenando la acera de mi vida con rosas...
y lleno de otoños que en tus ojos veo.
La noche se vistió con la envidia
de presagios que fueron malditos.
Enterrar la violeta de un amor invicto
escuchando en tus labios el azul perfidia.
Una orquídea vistió mi cuerpo de gala
que me regaló la noche por tu llegada.
Sé de jazmines que ya no dicen nada.
Llegué a tu cuarto de palmeras
atravesando con pasión la sala
y en tus brazos de Morfeo…
La noche entera.