Inmensidad de este sentir
que acomodo en mi gemir,
que me duele porque arde
esta sensibilidad que desespera
como esa gaviota enjaulada
que mira sin pedir nada,
porque es tanto lo que quiero.
Siente en cada latido
un deseo voraz
de someterse contigo
a tu eterna voluntad.
Dime si lo conseguimos…
escaparnos a la frivolidad
que me atenta con delirio,
se convierte en un martirio
que no puedo soportar ya.
Te busco y te persigo
te deseo y no hallo cómo hacer
para hacerte comprender
que este amor
que resucitó entre la nada
en forma tan apasionada
ha logrado un fulgor reluciente,
te llevo imaginando en mi mente
sin poderlo evitar,
que aunque no te pueda besar
estoy presa de un deseo ardiente.
Si no vienes tú,
entonces te iré a buscar.