Ella necesita algo tan simple como un
“abrazo”.
Me acurruco en su regazo,
vuelvo y la abrazo por si acaso.
Ella necesita algo tan simple como un
“saldremos de esto juntos”,
pues aquí me tienes y aquí me quedo;
a ti por siempre me adhiero.
Ella necesita algo tan simple como un
“te entiendo”.
Hago un esfuerzo y la escucho,
pues con ella me endulzo.
Millón de bendiciones.