Me miran
y es inevitable no caer en el vacío
en la tímida gota que rebalsa el vaso
el sudor permanente
mis pensamientos.
Me miran
y es inevitable
no sentirse halagado
no sentirse vivir
con un aire ajeno
sus aires de princesas
sus manos clandestinas.
Me miran
y creo que muero
de alegría o de celos
con sus ojos, centinelas de la noche.