Hoy soñé que cultivaba algunas rosas:
el terreno era mi “libro” de poesías,
sus capullos, tus miradas silenciosas,
las espinas… esas no las merecías.
Hoy soñé que yo era como un jardinero
que en las noches, cual furtivo mensajero,
siembra flores convertidas en soneto
y las riega al día siguiente con respeto.
Despertando descubrí que los jardines
forman todos un feliz significado,
sobre todo si de rosas son afines.
Y es que pienso que lo poco que he sembrado
es posible que en mis versos lo adivines
como rosas que en conjunto yo he rezado.