Vierte en la noche
tus pasos.
Camina conmigo
el oscuro sendero de cielos
nublados,
de lunas ocultas, de amores
andados.
Siente aquel frío
que nos deja la cobardía del sol
en su huida,
que egoísta e indolente,
se lleva al día y
su luz con él.
¡Acompáñame!
aunque no sepas siquiera
quién soy.
¡Búscame!
no tengas miedo a lo que
no eres capaz de ver;
mi calor será tu guía
en este camino de ciegos.
Mi voz,
recitará señales
en rimas y versos,
las cuales digan si te acercas
o no.
Mis ojos,
inundarán de ansia y emoción
a este infausto suelo,
que tristemente,
es lo único que nos une hoy.
Y mi amor,
labriego y olvidado,
al saber que eres tú quien me busca
perdido en la duda y juventud,
intentando descifrar mi color
en la penumbra,
te dirá que tu andar
no es en vano;
que hoy es él quien te alumbra,
en fin,
que aún estoy a tu lado.