Regreso en sueños y ensueños
a mi casa pintada toda de blanco en El Hatillo,
hogar, refugio y taller de expresiones
de mis fantasías a través de palabras de color
En una noche fresca camino de nuevo
por la plaza de mi juventud
con mi ruana de dos colores puesta,
a veces rojo, a veces azul,
color escogido a mi capricho.
Las muchachas se reían tontamente
al hablar de sus novios apenas conocidos;
conquistadores de corazones en aprendizaje
Los enamorados no dan cuenta de mi presencia,
con su propia alfombra volante viajan
a lugares mágicos,
más allá de un arco iris,
a un mundo que se desbarata,
como un susurro en el viento,
en la realidad de sus vidas cotidianas