Hoy como hace veinticinco años;
Cuando la edad de doce años tenía
Poco de las peripecias de la vida sabía,
Y ajeno era de lejanos sueños extraños
Como inconsciente de futuros daños.
Ojala se nublase aquel día fantástico;
Pienso en mi modorra
Que de inmediato mi mente borra,
Al pensar en aquel adalid eclesiástico
Que recuerdo en este onomástico.