Todo termina cuando me despierto.
Siempre he subido a lo alto del olvido,
la esclavitud sobra de lo vivido.
Para sortear valla soy experto.
De emoción de la vida no deserto,
volver a mis sueños siempre he querido.
Pasaron los años y he envejecido,
pero que no desfallezco es bien cierto
pues, la sonrisa de mi madre aun veo,
es como la flor que rompe la nieve,
de mi cara el cansancio desvanece.
La sonrisa de gemela poseo
también, su transparencia me conmueve,
dormido y despierto me pertenece.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
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Mi realidad más cruel es mi sueño, y mi sueño más bello es realidad...