Me dices Naturaleza…
¡¡Eres mi creación!! y todo lo que realizas
forma parte de mí.
Has nacido del seno de los mares y tus sendas
están labradas sobre mi cuerpo.
Lo que tienes te lo he cedido.
Tus hijos son mis hijos,
mi espíritu se iguala al tuyo.
Te he otorgado una compleja armonía
que es la sinopsis de la mía.
Tu historia se halla inmersa en mi piel.
La escribes
para que la borre sin desaparecerla
porque necesitas de ella.
Soy la semilla de tu cultura,
la inspiración de tu obra.
Para ti y tu protección
hago las lluvias de mana
en el desierto de tu conciencia.
Dispongo el alimento
que sacia tu enardecida esperanza.
Cuando brotaron las flores
en fértiles estancias
nació en ti la inspiración
y la alegoría que tú haces
llena mis sentidos.
Cada gota de agua
es un verso labrado en cristalina pureza
para que forme parte de tu esencia.
Te obsequio sin ningún trueque
el tiempo y el cosmos.
En ellos puedes satisfacer
los logros de tu vida. Puedes divagar.
Encierro el aliento que viene del sol
en mi frágil sistema
y te los dono
en exquisitos frutos de mis seres vivos.
Todas las multicolores pequeñeces
que te rodean
dan forma a tu fascinante grandeza.
Las aves del cielo, los peces del mar,
los árboles floridos la miel y la lana
estarán en tus manos. Disfrútalos.
Los páramos y nieves,
las estaciones, los remansos,
la arena tropical,
las montañas, son tuyos. Contémplalos.
Haz la vida de todas las criaturas
tuyas y mías,
templos que perduren
en la Madre Tierra.
Así como puedes contemplar
las estrellas en la noche,
te doy el don de escuchar
minúsculas realidades.
Serás completo cuando aprendas
que lo que te rodea
es la consecuencia
de la vida que me asiste.
Nunca pasarás siempre y cuando
nunca dejes
que yo,
quien te sostiene, pase.
Te di vida y completé mi obra
otorgándote la mente,
no para que me destruyas
sino para que me protejas.
Soporto tu acorazada persistencia
en herir mis paisajes
para tomar de mi seno
el manjar dúctil y precioso.
Transformas mis secretos
en negras armaduras
con las que ciñes y aguijoneas mi corteza.
Destruyes en un santiamén
lo que yo produzco en milenios.
No sabes cuánto tiempo estarás en mí
porque buscas acabarte.
Aun así, confío en ti.
Porque tus experiencias y acciones
llevarán por siempre un alma:
Tu Naturaleza.