Enfrente de mí se desnudó….
El alma:
me contó sus más preciados secretos;
en su corazón me mostró las heridas
tan profundas como grietas;
de sus ojos rodaban lágrimas
como si el cielo se hubiera desmoronado.
Ante su desnudez no pude más que abrazarla
y hacerla parte de mi alma.
Millón de bendiciones.