El olvido seduce a mi sien que agoniza,
y mi rostro desliza empapados recuerdos.
Afuera el cielo que jacta de altares, pregunta:
\'¿se ha perdido tu amor o se ha muerto?\'
En tus labios, sus besos no encuentro.
¿Invisible es tu carne a sus ojos de escarcha,
que no ve aquel desprecio en su voz de silencio?
¿¡Qué respondes, si en tu boca él no habla!?
Replicando a esta duda que ahoga, yo digo:
fue su amor, de amor lo que el sol fue de luna
y mi amor de verdad lo que el astro, testigo.
Ya no pienso anidar mi querer en olvido;
el viento me dijo: \'no cantes la vida a quien calla,
pues no pierde ni muere un amor que no ha sido\'.