Muere la poesía,
ya no hay sentimientos,
la palabra esta vacía
como el crisol de mis pensamientos,
te fuiste y me quedé vacío,
incrédulo quedo al soñarte,
a veces te pienso,
y me indigna hacerlo,
el insomnio es árido sendero
que muestra mi sequía,
en que los nardos
ya no crecen en la alegría,
no queda humedad en mi aliento,
sobrevivo en diaria agonía,
las ilusiones son zozobras
de tus mentiras.
Y aunque quisiera regresar el tiempo
toda mi esencia es hiel derramada
en el dolor, en la melancolía controversial,
que es constante en mi vida,
tus traiciones, nuestros roces,
amores sin alegría;
celo eterno y pasión sin osadía,
en este monólogo que hoy recito,
van ceñidos un sin fin de diálogos
en prosas inefables,
poemas y versos en contraflujo
de los que escribía
diciendo que me amabas
y en los que yo te correspondía.
Fuiste un desliz de la razón,
amor en constante protesta,
no pude conseguirme condena mejor,
fui el hombre con carne rota,
la flor de un día.
Lo intentamos los dos,
pero ahora sé que no soy tu amor,
mi amor no fue suficiente,
ninguno lo sabía,
y en sollozos regreso a ti,
se vuelve mi vida contra mi,
regresan mis insomnios,
ahora y para siempre,
llega el colofón de mis días,
entre tus recuerdos
con los que me dormía.
mi amor era tu amor,
ante ti sucumbía el orgullo,
los besos al rojo vivo
tanto los anhelaba,
y nada de ti recibía.
De ti mi vida entera
sin ti la inspiración vacía.