Lo que dices jamás es lo que crees
que es lo que otros perciben y comentan
pues siempre existirán lo que presientan
que algo escondes oculto que desees
aunque sea que mientan.
Y aunque hables claro, claro, muy clarito,
siempre a tu lado estará un desconfiado
que piense que eres bobo o iluminado
o que a tu susurrar convierta en grito,
o quiera echarte a un lado.
¡Tu voz al lamentar, un gorgorito!
¡que una palabra gruesa se ha escapado,
te catapultarán hasta el tejado,
para ellos ya serás siempre maldito
de su árbol desgajado!
Y si no han de buscar alguna excusa
para al tema seguir dándole vueltas,
escarbando en tus aguas turbulentas,
mejor para ellos cuanto más difusa,
obviando las esbeltas.
Sin embargo, no sufras ni confundas
que a bendecirte otros han de acudir
y con fanfarrias te habrán de recibir
ocurrencias, incluso sean inmundas,
y al mundo prescribir.
Los humanos disfrutan los extremos,
su forma es de buscar la referencia,
hoy les suben a lo alto de la ciencia
y mañana les tacharán de memos
según su conveniencia.
©donaciano bueno