Soy la parte de ese muro,
La frontera omnipotente
Entre ese hombre inconsciente
Y el que se llama maduro;
Y lo que es peor, lo juro,
Presumo ser un demente,
Insensible e indolente,
Pues de nada estoy seguro;
Y la gente en mi confía,
De mi escasez de cordura;
De mi locuaz alegría
Y de ese afán de ternura:
Mas, esta melancolía
Es cual eterna locura…