Fuiste luna de amor
y fuiste mi alma
eclipse de sol cuando no estabas
brújula perdida en el fondo de la rosa.
Te amé desde tu copa a las raíces
fui ladrón de tu paso transitorio
mientras te deshacías entre el humo y la llovizna.
En el hielo de tu ausencia
mi corazón sangraba hielo oscuro
en la frontera del monte del olvido.
Cayeron mis hojas de tanto viento en contra
el tronco de mi árbol cayó seco y dividido
murmurando un hasta siempre de tierra y de caminos.
Roger Jaine