Fue el crepúsculo una explosión de colorido
que inauguró una oleada de alegría,
las emociones explosionaron con fervor
mientras las almas de todos los seres vivos
se unieron en mística armonía.
Un prístino candor, hizo que los dioses se abrazaran
y en un connubio de pasiones se elevaron
para que el cielo embellecido fuera entrega,
sin vestigios de dolor o sufrimiento alguno,
para resurgir en ondas placenteras,
cual bandadas de pájaros perdidos,
transformados en míticos lirios encendidos.