Eran las calles saladas fundidas en la interacción con el olvido;
una distancia más allá de la distorsión de los ecos
y las voces que he olvidado,
el silencio, y el árbol torciendo el peso del cielo,
entre ese alcance deprimente del pavimento
zurcido en ese firmamento quebrado
-maquillado por los ángeles cayendo,
como puntiagudas lágrimas, anudan la zozobra
de la frecuencia
intentando marchar
de la garganta
en un eco pluralizado pudriéndose en ruidos,
me llamaste melancolía...,
cuando cruce la lluvia con mi tez de partida
amarrándome la discrepancia de la cardiopatía
en ese derramamiento de los hechos acotados en el sufrimiento
que he llevado tatuado en mi pecho,
haciéndose cada vez más profundo
hasta la profundidad de mis entrañas,
hasta la conexión con mi alma,
en esa soledad que llevó dibujando
en esa mirada pálida y frágil,
que se envenena en el luto de las sombras,
y..., es contraste
con la devastación de la hambruna que yace picada en las costillas disecando los latidos que alguna vez fueron ecos de la naturaleza y conexión con el universo...,
-y- [en esté secuestro[ no ] es nada más
que un intervalo
entre la muerte
y la vida que he exiliado de la carne y el cuerpo
a mi \"amén\" y un sueño...,
es el oleaje de una fuente
donde ha sido tirado el cádaver
y todo un contexto fúnebre...,
de gaviotas cayendo en la tinta...,
y emergiendo como cuervos
vomitando los ojos de un desnutrido enfoque con el futuro
que se abrevia en un delirante verbo...,
[asesinar los astros]
[recortar sueños]
[agredir la vida]
[mi piel]
-quitarla de ese altar
donde se ha sacrificado el lamento-