Si tan solo pudiera decirte el encanto
que se esconde en una risa fría, calculadora,
si lograra describir la suavidad que habían
guardado sus manos y con un gesto señalarte
la ternura que se había velado de una profunda
y extraña sobriedad, si consiguiera gritarte toda esta realidad,
te diría que lo descubrí una noche de clara luna y cielo despejado
en el que solo basto una mirada cálida, y uno que otro intento de cercanía
que lo descubrí en sus comentarios irónicos
y que sus ojos astutos aunque quisieron engañarme solo
me transmitieron a un escenario
que me conserva abstraída,
sentí en ese instante que mi corazón lo acogía
Así que empecé amarlo con la locura de algún día ser
correspondida, como ignorar sus brillantes ojos cargados de soledad
Que jamás alcanzaron a confundirme
solo me han dejado atrapada en el mágico mundo en el que vives.
pero guarda silencio no pretendo cambiar todo aquello que ahora te hace feliz
solo pretendo amar a un maravilloso ser que ha pasado inadvertido y que es desconocido por muchos,
uno que no llora a cantaros pero que lo hace con el estilo de tratar de no ser visto como quien se protege a diario de llegar a ser descubierto
Como continuar el camino sin dejar abierto el corazón y
Bendecir el maravilloso tiempo que fue necesario entre nosotros pues pude haberte encontrado uno de esos días de resplandeciente sol
Cuando recorría tus espacios, para fortuna mía fue precisa esa ocasión en la que te hallé fue una noche de clara luna y de cielo despejado
te diré que encontré un tesoro del que no puedo hacerte participe y en donde todo mi altruismo se desdibuja
Un tesoro en el que la riqueza jamás termina