A quien me quejaré en mi soledad,
quejas de negras alas de abejorro,
alas de negro velo entre socorro
con ellas volaré hasta la ansiedad.
Soy palabra sin más ambigüedad,
esa la que derrocho y jamás ahorro
y para que las prisas aunque corro
por siempre viviré en tu antigüedad.
A veces sordas y o tras que gritan,
muchas secretas más otras silentes,
y esas tristes son las que tiritan.
Voz que escuchan escondidos oyentes,
palabras suaves otras que irritan,
unas calmantes más otras hirientes.
Lola Barea.