Claroscuro que nos envuelve en la neblina
de una noche, te acercas envuelto en sombras y
me desnudas, ante ti yo enmudecida me tiendo
esperando recibir aquél dulce beso, que en nuestras
vidas fueron pasión y ternura, y yo vencida ante
este sueño, me desperté, y tú mi amor me miraste
con tu suave y gran ternura, y a ti me entregué.