La cita es una tarde, el motivo era valedero.Carlos le esta pidiendo a Teresa la devolución de las cartas que tiempo atrás le había escrito, confiando en el amor que se juraron mutuamente.
-Teresa se presentaba luciendo su figura adolescente, perfecta...
-Carlos estaba ceñido en su campera, que le hacia lucir su longeva figura, ambos no son ninguna joya y el folleto de su discurso tocaba fondo, haciendo que la textura de sus pergaminos sentimentales pierdan confianza mostrando sus puntos débiles, no luciendo sinceridad en sus vidas.
-¿Las trajiste?, pregunto Carlos, con vos firme.
-¿No?, contesto Teresa, con vos suave.
-¿Pero no quedamos que las traerías?
-¿Si Carlos?, (contesto), pero pensé que si guardábamos todas las cartas se mantendría en secreto y nadie se enterara de nuestro amor. -¿Cómo en secreto?, ¿nunca le comento a nadie que estamos enamorados? . -¿No Carlos?, a nadie le comento lo nuestro, ni siquiera a mis padres.
-.¿Me dices que es un secreto nuestro noviazgo? ¿Entonces que son estas cartas para ti, un folleto romántico, donde plasmo en hojas, todo mi amor.
-Bueno,…este…yo, (balbucea Teresa) ¿No se que me paso?
-¡Yo si!, dijo Carlos y por eso no funciona, hicimos de nuestro romance algo individual. Dejando a nuestro criterio personal lo que es de ambos, callando en lugar de compartirlo con todos los conocidos.Amor de dos en forma individual
-.!Quémalas entonces así nadie se va a enterar de
este fracaso, y nos sirve de lección para ambos¡
ROBI