Tus labios, uvas moscatel
se vuelven vino dulce
cuando mi boca los contienen.
Tu aliento, suave armiño ,
me despega la piel erizada
y me permea con su abrigo.
Tus ojos , mansos faroles,
me inventan con nuevos tornasoles.
Tus manos , luciérnagas sin prisa,
instantes de placer eternizan.
Tus besos , deuda siempre,
pagan sus costos con intereses.
Tu erotismo, encendido universo,
atrae y en estrella me convierte.