¡Cómo te he buscado
amor divino!
por sendas imposibles...
por largos caminos
sin haberte hallado.
Todo ha sido falso
no te encuentro
sólo siento,
una lluvia de ilusiones
perdidas
en callejones sin salidas.
Al final, tal vez de mi vida
aparezcas,
pero ven...
antes que anochezca,
que haya la paz que se sueña.
Estaré esperando risueña
y llena de caricias,
tengo para entregar
un sin fin de delicias
bien separadas en mí
que te podrán gustar.
Te juro, todo será diferente
en este manjar que brindo.
Tendré flores en cultivos
hechas de puro amor.
Tendré ramilletes de calor
que brotan de un interior
que te reclama de ganas.
Tendré sábanas tendidas
que esperan ser
atropelladas por la fatiga
en el folklor en mi cama.
Tendré sueños locos
llenos de esa realidad
que de lo profundo emana.
Tendré... te lo juro,
a la intemperie
esa ansiedad sin apuros
que cobijas dentro de mí.
Tendré placeres
inconcebibles
del color carmesí
en noches de pasión...
noches imposibles de olvidar
y en ese rojo que provoca,
tendré fuego en el alma
con suspiros en la boca.
Tendré lo que tú quieras
que tenga...
dejaremos que el amor llegue
y por donde quiera que venga.
No olvides que para ti,
he sido el amor
que a la herida sana
arrasando al deseo carnal.
Pongamos de fiesta al amor
sin prescindir
de la noche otoñal
y hagamos de la pasión...
orgasmos de caricias
antes de ese acto de entrega,
que fuera del mundo te lleva
en danza de placer y de sexo,
convertido en hermoso ritual
sellado con un tierno beso.