Recientemente yo me descubrí,
sentí el latido de mi corazón,
acaricié mi piel, era muy suave,
me gustó y la abracé con mis abrazos.
Todo en mí era perfecto, en alto mi ego,
me empezó a gustar todo aquello
que me gustaba, cuando lo probaba,
la silla donde me siento y mi cama.
El cielo azul meda dulce belleza
y el agua cristalina en noche negra,
me alumbro con la luz del nuevo día,
y abro mis alas al favor del viento.
Lola Barea.