PETALOS DE NOCHE

La realidad es un sueño y...,




Se han quedado las palabras embutidas en labios arrestados por el silencio [una pena muy grande]
saliendo de las vísceras una melancolía riendo alegrías donde alguna vez hubo un morrón ardiendo
siendo que hay un sentimiento llorando cenizas, en la quemadura perenne al interior de la hierba sepia,
donde cerros se amasan con sismos estrujándose de la mañana, en el contagio fetal de la noche dormida...

Me es culpable la testigo, arrojándose al olvido en ese casette repitiendo la misma tonada de desgarro,
[ésos gritos encallados en la evaporación del tiempo :3] los relojes se derriten de la sangre ferviente
una cinta oscura y transparente a la luz que vomitas de tus ojos, corre detrás de esas pinzas temblorosas,
miedo hay en tu lecho de cenicienta, de esas rosas rojas que se ruborizan en el canal del cuerpo del delito...,

Hay una ahorcada buscando el último aliento en la estrechez del silencio presa de su propia ausencia...,
siente el ardor en su rostro de muralla, se clava la angustia en su nostalgia de porcelana,
no resiste rebobinar los escupidos diagonales del cielo, en esos rayos certeros invadiendo su altar,
donde se rinde culto y oración al becerro de oro y al pecado original, de esos días de infierno...,
frotando el dinamismo de la estática entre los cadáveres de memorias perdidas, aquí en mi tacto de silabario
recordándo cada letra que dejé depositada en su piel de papel, esos poemas que estrujo de mis manos...,

las noches son tan frías al no tenerte opio original, [estoy temblando] necesito una salida, t e  n e c e s i t o...,
cavilar mi cabeza en ese enredo tan tuyo , nadar rudamente en la prisión de tu boca, cólera de mi apetito asesino...,
enterrarte el dínamo en tu batería de carne y jugos de litio, donde haremos cortocircuito y finjiré un desperfecto anunciado..., 

hay una sobrecarga, y tú muy bien lo sabes, el panel led acelera los dígitos..., tus entrañas estallarán y te mantienes poseída,
que bien luces desnuda de piel hasta los huesos, arremetiendo las bocinas donde se han muerto los muertos
aquí en mi timbre expuesto a tu tacto húmedo y relajante, 
es la hora del silencio
y aún continua la película con el play hasta en los sueños, [que espasmos tan coquetos]
mi relación con la nostalgia es clavarte mi memoria con la alarma de tu orgasmo en el reloj cardíaco,
al recorrer tus páginas abrochadas a la combustión del sentimiento...