Una mujer muy piadosa, va a la iglesia para hablar con el cura, y le dice
-Padre, tengo un gran problema. Hay dos loritas en mi casa que solo saben decir:
\"Hola, somos prostitutas, ¿Quieres un poco de diversión?
-¡Qué barbaridad!, exclama el cura. Piensa un momento y dice:
-Ya sé lo que podemos hacer, tengo la solución al problema. Yo tengo dos loros machos
a quienes le he enseñado a rezar, y pasan todo el día haciéndolo.
Trae a tus loritas a mi casa y las pondremos en la jaula junto a Pepito y
Pompón (esos eran los nombres de los loros).
Mis loros le enseñarán las oraciones y alabanzas que ellos saben. Estoy seguro que tus
loras, en poco tiempo podrán rezar y alabar al Señor.
_¡Gracias, respondió la dama, esta será la solución!.
Al día siguiente, llegó la señora con sus loritas a la casa del cura.
Viendo a los loros dentro de su jaula rezando se acercó y colocó a sus loras junto a ellos.
Después de dos segundos las loras dijeron al mismo tiempo: -Hola, somos prostitutas. ¿Quieren
diversión?
Hubo un gran silencio, mientras los loros se miraron. Finalmente Pepito dijo: -¡Dejá el rosario Pompón
que por fin nuestras oraciones han sido escuchadas!