Después de llegar a una Isla
Apartada del mundo
Entendió la razón de aquel dolor tan profundo
El atardecer fue quien le dio la bienvenida
Al viajero taciturno
Que llegó a su nuevo hogar
Luego de un naufragio sin rumbo
Sin civilización alguna
la luna, daba la hora de la cita
Sin hoteles y posadas de lujo
él pudo ver como el tiempo corría
pues la salida del sol sorprendía
el rostro demacrado que el forastero tenía
Así transcurrieron los años
meses y días
rodeado de todo aquello
que la belleza insular escondía
La Naturaleza con su perfecta armonía
brindaba sin discriminación, haciéndole compañía
Con tarjetas de crédito
y dólares que en su billetera tenía
mientras su fiel compañera conciencia decía
que injusta es la vida allá donde YO vivía
podía comprar a mi antojo lo que mi vanidad pedía
Pero el tiempo es perfecto
En este poema soso y de poca jerarquía
Si es a través de estas líneas o de una poesía
Pude comprender lo aquel hombre sentía
Ese dolor tan inmenso
Que al principio de esta historia ofrecía
Ahora es mi deber cuidar
Mares, ríos, selvas y especies de todo tipo
En todas las geografías.