Jerito Varelón

Infundio XV: La Caída

Lo último que recuerdo fue estar cayendo hacia dos mares color miel, separados por una franja de nieve. La vista era hermosa, enamoraba, era pluscuamperfecta -pero no en el sentido del tiempo, sino en el significado de la palabra traducida-.

Quisiera seguir estar cayéndome a esos mares, tan grande es el deseo, como el que tengo de abrazarte. Lo malo de la caída es que duró segundos. Pero los sentí como si fueran más tiempo, desgraciadamente, ese sentimiento fue la escapatoria que generé para no morir en la tristeza.

Desearía que esa caída hubiese sido más larga, caerme desde algún lugar más alto, mucho más alto para estar más tiempo cayéndome, pero desgraciadamente no fue así.

¿Por qué amé tanto caerme hacia esos mares? Porque los mares simbolizan tus ojos, y estar cayéndome en ellos significa que me estabas viendo.