*** Versos de la Rosa ***
Quien no se asombra con su grácil hermosura
cuando el aire transporta efluvios de lavanda,
que enamoran esta perfección con surco bello
encantando la meiga de su esperanza y gracia.
Mientras te asombra la hermosura rectilínea
inmenso horizonte de este campo de aromas,
mientras estas azuladas nubes de este campo
se asombraban de su paralelismo campesino.
Cuanta obra necesita al hombre ser tan recto
cuando fuera de esa campiña dilapida su ego,
asimilando siempre la podredumbre de vivir
entre el perfume de ese su camino casi ciego.
Tanto empeño estéril necesita tener el obrero
no va al ejido para ver la labor de recto obrar,
le embadurna siempre con todo lo más dable
en lugar de tener la responsabilidad de soñar.
Cuando el aldeano que ha sembrao su lavanda
contempla en la aurora su hermosura morada,
siente en su honrado corazón de hombre sano
un enajenamiento de sus aromas que agradan.
Aunque su fruto sirva al templo de la belleza
donde la elegancia femenina de lucir fascina,
acompañas su ser cuando recolectas aromas
porque perfumas el alma de la mujer amada.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
27 de octubre de 2015