Los momentos que más disfruto son aquellos en los que me siento humano,
pecador, pobre, sencillo, amado, único, hombre, mortal...
Es una bendición:
¿Cómo poner el mundo en pequeñas líneas?
¿Cómo escribir un sentimiento?
El mundo está a nuestros pies…
¿Y tú qué hiciste para doblegar tu orgullo?
¿Cómo capturaste las palabras y las obligaste a decir lo que tú querías decir?
Es tu don, tu vida, tu existencia, y tú, simplemente el instrumento…
Quería llenarme de ti, pero tus besos no estaban conmigo,
entonces, me sacié con tu nombre hasta dejarte inscrita en mi memoria
y desde entonces, ya no existes más fuera de mí.