Aisha Romero

¡Cómo te atreves!

 

¿Mía? ¡Cómo te atreves a llamarme “mía”!

cuando asesinaste lo que te ofrecía

creyendo que  de rodillas frente a ti caería.

 

No, no busques excusas a lo que no tiene,

vanidad extrema es la que te devora,

te deja sin alma, sin nada de nada.

Con la mente hueca, como hueca es tu alma.

¡Mentira son tus labios, tus ojos, tus manos

que decían tanto de la manera más falsa!

Odio tus explicaciones, todo aquello que hilvanas

con tu imagen de “santo”, a mi vida no vuelves.

 

Rabia es la que causas, desprecio, ¡farsante!

Lástima de inteligencia, de esa, que hacías alarde.

“!Qué tonta!” – pensaste- de mi brazo no vuela.

Pero déjame decirte, que jamás te he extrañado

Soy feliz, ¡como nunca!,  muy lejos he volado.

Callaste un tiempo mi voz;

pero jamás lo que escriban mis manos.

Ivory

10/23/2015