Una vez más me mentiste
y yo una vez más te creí...
Supuse que era mentira
pero callé y seguí...
Con cada palabra tuya
escribí un libro de ti
y cada día lo leo
pensando ¿Por qué te creí?
Pero aún así me convencías
y aunque me daba cuenta
no lo decía...
Fue mi voluntad creerte
fue la tuya mentirme
fue mi culpa haberte creído
y también que me hayas mentido.
Era mi voluntad creer
cosas que no pudiste sostener.
A las palabras se las lleva el viento
pero las mentiras quedan vivas.
Simplemente lo intento
y no puedo descreer
quizás seguiré creyéndote
porque es mi voluntad
creer en tus mentiras...