No sueltes mi mano...
Ella necesita de la tuya.
Me siento seguro, protegido.
Nuestras manos unidas,
logran que tenga
paz en mi corazón.
Él sufre mucho.
Pero si tu mano
sostiene la mía,
logro la serenidad que necesito.
No sueltes mi mano... nunca.
Hugo Emilio Ocanto - 20/10/2015