Por uno de tus besos
yo daría, la misma vida mía
y si fuera posible existiría
en el profundo sacro de tus rezos.
Mirarás impaciente
mi siempre enamorada
y adusta silueta, que aprisionada
sufre por besar esa boca ardïente,
¡no le niegues mirar
y déjate besar!