Recuerdo aquel día
y aún me estremezco
cuando abrazando tu alma
abracé tu cuerpo.
Tus ojos oscuros
alumbraban el silencio
y el dulce anhelo
de tus labios sedientos
que clamaban lluvia
porque estaban secos.
Entonces un chasquido
resonó en su eco
cuando junto nos dimos
el primer beso…
Recuerdo aquel día
y todavía me estremezco.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela