Si pudiera de ti decir o de ti exclamar;
mas mi Chile,
yo solo poder escribir:
de la quietud de tus doradas pampas,
de tu mar y de tus ríos
patria de vida, tierra de Neruda;
de la frescura bien vestida sobre tu cordillera
con cánticos de lluvias que pintan cascadas en las alturas
mi querido hogar de azucaradas viñas
¡de dulcísimas viñas oh, tierra mía!
Eres madre, que hijos has engendrado
entre ellos: valientes, cantores, poetas, y triunfadores
que han dejado plasmado,
para tu reconocimiento, su legado.
¡Oh, pequeña estreches en el continente!
¡Territorio de juventud alegre!
que se me ocurre tenerte sobre mis hombros,
sacudirte del oscuro polvo de los malvados
y acabar con la interminable corrupción de los impíos
para que el frescor de la buena hierba crezca
y de origen a la esperanza, de un rojo copihue engalanado.
¡Mi Chile!
de huaso y gaucho, de baile cueca, cortejo de amor.
¡Mi Chile!
de unas Capillas de Mármol
que habitan encima de las aguas, cerca de tus pies.
¡Oidme!
Si he de dejarte
que no procure mi alma olvidarte
Si he de dejarte
\"volverte a ver\".