Refugiándose el polvo
adoquinado de vacío
el aliento nervioso
se contrae en un secreto
[la misa del pacto[
-una noche apresada-
así sean los látigos,
la extención de la carne
y la culpa del destino
enfrascándose en un
cuerpo dilatado
de marcas que se suspiran
debajo del catre húmedo
y al son de los ángeles
quedan perforando
el asiento de la penitencia...,
entre vibración y gozo en el alma
una tensión perenne en el músculo cardíaco
el viaje al pasado, la luz de la retina
quebrada en lágrimas verticales,
las ruinas de frustraciones inhaladas
con premura en los ecos de la limosna,
el batir de las huellas oxidadas
y la sangre maquillada en el grito
de las manos al hipnotizar la paz
en una líbida pasión por el verbo
al recordar el pecado escrito en la frente,
la extensa ensoñación de los caídos...,
¡Salve la oveja cazando al pastor!
Por los siglos de los siglos, amor...,
Orar hermano esternón...,
Protección poseída
que te refugias en el pecho
gozada sea tu acústica
cae en nuestra piel tu universo,
creándose tu electricidad
en la carne como en el tacto,
despiértanos la tentación al fuego,
olvidando la herida en la quemadura
como el siniestro olvida el olvido;
sin terminar en la cruz fundida
hasta que la salvación sude demencia...
[Que así sea...]
En ausencia exhalen sus miedos,
mendiguen la bestia interna,
\"Por una cuerda tensionada,
se rompe la frecuencia de las lágrimas,
en el sarcófago acústico reina el silencio,
una ausencia maltrecha desgarra la piel
del arte estrujado en la inexistencia\"
Así la paz y la guerra sea con ustedes hermanos de creación,
que el amor brille en los estrados, y la pasión al límite del dolor,
donde la celda amarre la carne en la frontera del descanso fébril
y la sangre en tiempos sin tiempo sanguíneo, burbujea la excitación.
Así como era en un principio, por los siglos de los siglos.
Amén...]