Doblo la curva esperando siempre
Que más allá se extienda un prado
O cualquier indicio que me revele
La belleza por una serenidad viva.
Veo el cielo en un charco cienagoso
Y la vida alrededor
Que trepa como la hiedra
Sobre todo aquello que abandona el olvido
La respuésta ancestral ríe escondida
En las pupilas de quien consigue
Que todo aquello que \"está\"
Se impregne de lo que llamamos substancia
El placer insoportable de ser amos de la oportunidad
Blandiendo la espada consciente del rechazo
La soberbia del temeroso. Las insaciables ganas
De quien transforma en sueño aquello que toca
Morir de inanición cuando tus ojos me alimentaban
Vivir con la ignorancia de haber comprendido la mitad