Por la senda que pasas, das belleza,
vuelve a revivir las hojas marchitas
con donaires de gracias infinitas,
como médium de la naturaleza.
Llegaste tú, no sé más de tristeza,
alegría única mi ser habita,
mi corazón juguetea y se agita.
El alma siento como de nobleza.
Esta placidez mi rostro delata,
brilla mi poesía como plata.
También otoño muerto se levanta
de entre hojas secas, es eminente
agua fresca de pasado reciente
y tú, le regala savia naciente.
Autor: Alcibíades Noceda Medina