Ahora veo que infeliz fue Romeo sin Julieta, Tristán sin Isolda,
si tan solo pudiera adormecer el clavicordio
que suena adentro de mí ser, su compungida melodía,
nostálgico me veo y no sé cómo me vuelvo que los gorriones se
alejan y separan al despuntar de la flor cada madrugada.