Alguien se paraba de una mesa,
y se iba para el baño.
Cuando este hombre entró al baño,
pegó un grito diciendo:
-Anita, donde esta el embudo?
Bueno, esto fue el motivo de risa para todos los que estaban allí,
principalmente para los que no sabían de un embudo en el baño conectado a una manguera.
Apresuraron su paso,
y se fueron,
y los dejaron allí la gente riéndose y otros buscando el embudo.
“Es que acaso necesita embudo para orinar!”
Pensaban algunos,
y nunca supieron quien fue autor de la broma,
hasta que Anita encontró el dia siguiente
el bendito embudo dentro del freezer congelándose con la cerveza.