Me miro en el espejo de la vida
sin un reproche por haberte amado,
ni al ver como mi amor inacabado
a chorros se desangra por su herida.
Y la mente con la ilusión vestida,
de un ropaje por el tiempo olvidado,
sueña con el final de ese sangrado
y con ver su fantasía perdida.
Pero es la paradoja desmedida,
si se trata de un amor fracasado,
quien sorprende si no estás prevenida.
Y el dolor te penetra agudizado,
de una pasión que ya en ti no se anida,
cuando así da tu amor por terminado.
Autora:
Amelia Suárez Oquendo
Amediana
2 de noviembre de 2015