kavanarudén

A los que ya partieron

 

¡Oh muerte dichosa! Que pondrás fin a mi existencia en mi última prosa.

 

Tú, la tan temida por muchos y deseada por pocos.

 

Tú, la que nos haces regresar a ese lugar de sueños, ese lugar pequeño, que un día dejamos para despertarnos en lo que vida llamamos.

 

Tú, descrita por muchos como cruel, fría, sin alma, despiadada, inoportuna…

 

Representaciones tuyas que hay, muchas dan miedo, quitan la esperanza, poco consuelo. El color negro es el que reina, queriendo simbolizar la desesperación total. Ángeles desalados, de aspecto fúnebre, crueles, despiadados; esqueletos infernales con hoz en mano arrastrando a los mortales; huesos sin esperanzas, esparcidos en lontananza…..

 

En ocasiones te he tocado, has estado cerca de mí, has enjugado mi frente sudorosa. Mi experiencia ha sido diferente y no por virtud o santidad o ser otra cosa.

Te imagino franca, segura, fuerte, tímida, paciente, de elegante y recia presencia, directa, verdadera…..

 

“Muero porque no muero”, escribía Santa Teresa de Ávila en su hermoso poema “Vivo sin vivir en mí”, consciente que el morir la llevaría a los brazos de su amado. La muerte, su amiga fiel, la llevaría en brazos a ese su dilecto.

“Bienvenida seas hermana muerte”. Al momento de su defunción, así exclamó el gran santo de Asís, el “poverello”, que solo en Dios tuvo todo consuelo, llegando a la plenitud de su humanidad. En su cántico de la criaturas, una estrofa le dedicó: “Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal, de la cual ningún hombre viviente puede escapar”, nada más que agregar.

 

Siendo tú inevitable, si ninguno de ti puede escapar, ¿por qué no verte en forma diferente? ¿es así nuestro creador tan cruel, tan indiferente que quiere que todos suframos desesperados? ¿y si solo es un sueño, un dormir para despertarnos en otro existir más pleno, infinito, perecedero, donde encontrar podamos a todos los queridos?

 

Elevo mi oración a Dios, por todos los que ya partieron, los que con nosotros estuvieron y ahora gozan de la inmortalidad. Creo que no todo termina en este mundo (siempre con respeto a quien piensa diferente), que el mismo es un paso obligado, oportunidad para dejar un legado.