Despierta cada mañana un sueño obtuso
De profundidades abisales donde se hunden los claros
Donde cada rayo de luz es más preciado cuanto antes se pierde
No hay redes, sólamente buzos curiosos
paseando por arriba y abajo
caballitos de mar y la oscuridad
que reconozco a tientas
La infancia
Vuelven los pasillos sin fin,
Pero ahora sé que son bucles
Las ganas caen como plumas caducas
que ya no hacen falta para remontar el vuelo
He enterrado casco y espada,
Me he quitado las sandalias
y he roto el voto de los incrédulos
Desgarrando los vestidos del alma
Arriba la resaca
El sol deslumbra y quema la vista
Pero los desiertos ya no estarán solos
y por los pájaros sabré de ti