Beatriz Blanca

EL JUBILADO

Cuando salí  del banco donde cobro mi jubilación, me encontré un

policía de la guardia urbana llenando una infracción al auto estacionado

en la puerta del mismo, donde había un cartel que decía:PROHIBIDO

ESTACIONAR.

Rápidamente me acerqué y le dije: - ¡Vaya hombre, no he tardado ni

cinco minutos...! Dios le recompensará si hace un pequeño gesto para

un humilde jubilado...

Me ignoró fríamente y continuó llenando la infracción. La verdad que me

alteré y le dije que no tenía vergüenza. Me miró sin expresión y comenzó

otra infracción, alegando mi resistencia a su autoridad. Entonces levanté la

voz para decirle que era un novato sin corazón y que no entendía como

pudo entrar en la policía...

Al acabar con la segunda boletita,la colocó debajo del limpiaparabrisas y

comenzó con la tercera.

No me achiqué y estuve así durante 20 minutos llamándolo de todo, menos

que era lindo y bueno.

Él, a cada agresión respondía con una nueva infracción, dibujando una sonrisa de

satisfacción y venganza...

Después de la enésima infracción... Le dije:- Lo siento, lo tengo que dejar buen

hombre... ¡Ahí viene mi autobús!

Es que desde mi jubilación, ensayo cada día como divertirme un poco.

-¡Es importante hacer algo divertido para no aburrirme!-