Te esperaré, hasta que tus emociones sean puestas en órbita y tus sentimientos decidan su trayectoria.
Hasta que tus pensamientos se afirmen y tus ideas se afiancen.
Te esperaré, con paciencia y cordura; con ansiedad y locura.
Con emoción y alegría; con melancolía y apatía.
Te esperaré, aunque el mundo se acabe y no encuentre la clave.
Aunque mi tiempo se agote; mi verdad saco a flote.
Te esperaré, pese a que no me lo creas; lucharé contra vientos y mareas.
Pese a que ante mí se levanten adversarios; te esperaré porque te quiero a diario.
Te esperaré ante todos los males; ante la vida y sus puñales.
Ante la lucha de la razón que no deja de disputar con el corazón.
Te esperaré, de cualquier forma y de mil maneras; te esperaré hasta que me quieras.