Hoy hasta el rocío mañanero me hace daño.
La brisa suave matutina desgarra mi piel.
Los delicados rayos de sol flagelan mi rostro.
El murmullo del arroyo revienta mis tímpanos.
De lejos escucho el batir de las alas del colibrí.
El pétalo de la rosa se torna áspero al toque de mis yemas.
Se pierde mi mirada en el horizonte y me confundo en el vacío del silencio.
Río con mis compañeros de trabajo ahogando el nudo en mi garganta. Hay batallas que solo tu puedes librar.
Sensibilidad a flor de piel. Don y condena. Bendita maldición. El arma que me ha ayudado a vivir, a sobrevivir, que pago a un alto precio y quiero seguir pagando.
El cansancio y la desilusión haciéndose presentes quieren arrebatarme la esperanza. Me sobrepongo pero me siento débil. Si a todo esto sumo mi impaciencia, el cuadro se completa.
Ver sufrir a alguien que amas y estar lejos. Saber que lucha, que busca, que se esfuerza, pero las puertas parecen cerrársele delante de sus narices, nada fácil es y hace crecer la impotencia dentro.
Manifiéstate por favor, dale luz y consuelo. Que se sostenga su esperanza, que no baje la guardia ante la desilusión. - Es mi oración silenciosa que a veces siento que no es escuchada, pero continuo e insisto - Que encuentre lo que merece. Su corazón noble necesita ser sostenido. Por favor no tardes. Dame la fuerza necesaria para ser su sostén.
Tratar de ser fuerte, de sostener, de animar. Trasmitir todo lo positivismo necesario es mi actitud constante, pero no niego que a veces las fuerzas siento que me abandonan y caigo. Por el amor me alzo, renuevo mi empeño, pero siento la necesidad de consuelo.
Respiro profundo. Hago silencio y escucho, me escucho. Confío, en Ti confío. Ante el misterio solo queda estar cayado, no la resignación sino la lucha y aceptación.
Todo tiene su tiempo y su momento….. respiro, suspiro, callo…..