Yo tengo en mi boca un silencio callado Que al preñar tu nombre mi saliva Te engendre bella como la alucema Vestida de brisas humeantes y de aroma Tengo, un desierto desconocido Alojado en las puntas de mis dedos Y una deuda de oasis en la Luna exacta Que a ti te desnude blanca y a mi, Me detenga las horas. Porque tu piel es de arena Son mis manos, un sueño de estelas